Comentario
al Libro del Génesis
El Comienzo
El
libro de Breshit (Génesis) es el libro del Comienzo.
Un
libro lleno de historias emocionantes, las aventuras y desventuras de una
familia que emerge de la oscuridad del Caos original y que acaba, en este
libro, en la oscuridad de los egipcios. La llamada Historia Sagrada y la
verdadera Sagrada Familia.
Los
padres de esta familia son los Patriarcas Avraham, Yitsjac y Ya’acov, y las
Matriarcas Sará, Rivcá, Rajel y Leá. Ellos son el verdadero Comienzo de la
Humanidad, ya que todo lo que había antes era una retahíla de fracasos.
Ya el
primer hombre, Adam, fracasa en su primera misión y arrastra a sus
descendientes a un mundo caótico, desconociendo a su Creador y Director. La
Humanidad no solo se autodestruye, sino que arrastra tras ella al resto de la
naturaleza al desastre del Diluvio. Y esta lección parece ser insuficiente,
visto el nuevo desastre de la Torre de Babel.
El hombre utópico
Hasta
que aparece Avraham. Un hombre utópico. Un hombre dispuesto a sacar de sí mismo
todo el jugo que pueda, sin darse descanso, como dice al final de su vida que
“murió harto de días” indicando que cada uno de sus días estaba repleto de
actividad.
Este
hombre consigue formar una familia, después de un intento en falso del que sale
el hijo de la esclava, Yishmael, el pseudo-primogénito. Y también el Patriarca
Yitsjac tiene sus problemas con su propio pseudo-primogénito Esau. Estos dos
han de formar la ‘competencia’ al Pueblo de Israel, los musulmanes,
descendientes de Yishmael y los cristianos romanos, según nuestra tradición
descendientes de Esau.
Solo a
partir del Patriarca Ya‘acov podemos hablar de una familia de profetas. Como
explica el libro del Cuzarí, que eran todos aptos para recibir la Palabra
Divina, para ponerse en contacto directo y consciente con el Creador. Y esta
aptitud puede ser traspasada a sus propios hijos y descendientes, para formar
un Pueblo de Profetas, en el que habrá cientos de miles de individuos que
alcancen el grado de profetas y muchos más que lleguen a un grado muy cercano.
¿Quién será el líder?
Dentro
de la familia hay diferentes funciones, y cada individuo debe esforzarse para
llevar a cabo adecuadamente su cometido. Por esto se despiertan unas
rivalidades intestinas, tanto entre las Matriarcas Rajel y Leá como entre sus
hijos, capitaneados por Yosef y Yehudá, relegando a R’uvén, el primogénito, a
un segundo o tercer término.
Las
grandes funciones son, por supuesto, las de liderazgo. En teoría podrían
reunirse en una sola persona todas las funciones del líder, pero vemos que se
disgregan entre varios líderes políticos: Yehudá y Yosef, y uno espiritual, que
aparecerá mucho más tarde, – Leví.
Pero el
resto de los hijos también tienen su importancia, como indican las bendiciones
que recibirán tanto de su padre, al final del libro de Breshit, como de Moshé,
al final del último libro de la Torá.
La Rectitud
Pero
sobre este trasfondo histórico nos acostumbramos a ver cómo surge y se
desarrolla un comportamiento ético y moral que ha de ser la base de este
Pueblo, como ya instituyó el Patriarca Avraham y fue reconocido por el Creador
en el capítulo 18, versículo 19.
Por
esto llamamos a este libro con el sobrenombre de ‘Séfer ha-Yashar’ = “Libro del
Recto”, libro en el que aprendemos el significado de la Rectitud, del
comportamiento correcto. Y al aprenderlo y ponerlo en práctica correctamente
nos ganamos también nosotros, como Pueblo, el sobrenombre de Yeshurún (ver
Deuteronómio 33:5) “el Recto”.
No hay comentarios:
Publicar un comentario