Los
Sabios y Profetas
Teko
Todos los que han estudiado algunas
páginas de Talmud conocerán la expresión “teko”, que significa “queda en pie”.
Los Sabios del Talmud utilizaban esta expresión cuando llegaban a un callejón
sin salida en el que no podían llegar a una conclusión clara de la Halajá. Su
significado es que el tema ‘queda en pie’, que no podemos decidirlo claramente.
El Maharshal
en Baba Qama 1:5 escribe que cuando el Talmud concluye “teko” significa que
nadie tiene la autoridad de decidir cual es la respuesta adecuada hasta que el
Sanedrín sea restituido y decida qué decisión tomar. Los que buscaban
insinuaciones alegóricas en el Talmud escribieron que “teko” (תיקו) es el acróstico en hebreo de “Tishbí
yetaréz kushiyót uv’ayot (Tishbí resolverá los problemas y las preguntas = תשבי יתרץ קושיות ובעיות) y esta tradición se remonta al
libro Haqaná y otros libros antiguos (ver Tosfot Yom-Tov al final de Eduyot;
Iguéret Hatiyul del hermano del Maharal en la parte del Drush, letra Tau; y
Mar’it Haáyin del Jidá a Yevamot 96b).
Hasta que venga y os
enseñe justicia
En el
Talmud se encuentra una fuente explícita a la fuerza de Tishbí, que no es otro
que el Profeta Eliyahu (Elías) para esclarecer y decidir en caso de dudas, hablando
del caso de cuando se ve una oveja que un pequeño cerdo la sigue a todas partes
e intenta mamar de ella, y nos viene la duda de si es un ‘huérfano’ que la
sigue o si ha dado a luz a una mutación. La decisión es que nos decidimos por
la mutación y por lo tanto si a continuación nace un cordero macho de tal oveja
no será ‘primogénito’ que deba ser ofrecido al Templo o que deba ser entregado
a un Cohen como tal. Pero no podremos comer el cerdito, a pesar que los hijos
de un animal casher (apto y puro) también lo son y debería estar permitido
comerlo aunque tuviera la forma física de un animal no-casher.
Y el motivo
es que no nos basta la relación de ‘madre y mamante’ para decidir de una forma
tajante que se trata de su hijo natural,
ya que existe la posibilidad que la oveja hubiera perdido su hijo natural y
hubiera adoptado el cerdito ‘huérfano’. Por lo tanto dice el Talmud que si ves
un cerdito que sigue una oveja, está exento de ‘primogenitura’ pero está
prohibido comerlo hasta que venga Eliyahu y nos diga si está permitido
comerlo o no.
De
todos modos, este es un grave problema, ya que en otro lugar (Shabat 108a) dice
Rashi que Eliyahu no puede decidir si un alimento está permitido o no,
ya que ¡la Torá ya no está en el Cielo! Y la pregunta es ¿cómo puede Rashi
contradecir las palabras explícitas del Talmud?
Muchos
grandes comentaristas juzgaron la posibilidad de que el profeta Eliyahu pueda
resolver enigmas y esclarecer las dudas.
Decisión por sabiduría
y decisión por profecía
El Jidá en su libro Birkéi Yosef 32
explica que “el Mensajero de la Salvación, Profeta del Creador, que pronto
vendrá a anunciarnos la venida del Mesías hijo de David no puede decidir en
este tipo de preguntas ya que la Torá no está en los Cielos”.
Pero
Eliyahu además de ser profeta es también un gran Sabio de Israel y un
importante eslabón en la cadena de la Tradición desde Moshé Rabenu (ver
Maimónides en la introducción a Yad HaJazacá, que Eliyahu recibió la Tradición
de manos de su maestro Ajiyá de Shiló) y cuando regrese Eliyahu y nos resuelva
los enigmas será por su poder como Sabio, como gran conocedor de los secretos
de la Torá, y no como profeta conocedor de los ángeles y los serafines, y por
supuesto que podremos confiar en sus decisiones.
El
profeta sabe diferenciar entre su poder como Sabio y el que tiene como Profeta
y no confundirse entre las dos facultades.
Dos ‘formas’ de
Eliyahu
En cambio el Jatam Sofer cuando juzga
el mismo tema señala que Eliyahu no puede llegar en Shabat a anunciar nuestra
Salvación ya que no puede saltar de ciudad en ciudad fuera del ‘territorio de
Shabat’ (que delimita la periferia de un kilómetro alrededor de cada ciudad,
más allá del cual no se puede salir en el Día de Descanso), y a pesar de ello
todo mohel (el que hace la circuncisión = מוהל) proclama en el momento en que se dispone a firmar el Pacto de
Avraham en la carne del recién nacido, y también en Shabat: “¡Profeta Eliyahu,
ponte a mi derecha y ayúdame”.
Por lo tanto, explica el jatam Sofer
que hay que diferenciar entre Eliyahu el Profeta y Eliyahu el Sabio. A veces se
presenta como Profeta, solo en su forma espiritual, y a veces como Sabio en su
forma física (ver en Eruvín 43b, en que explica el tema). Cuando aparece en su
forma física, cumple la Halajá a rajatabla, incluida la prohibición del
‘territorio de Shabat’ y sus decisiones halájicas son aceptadas, mientras que
cuando aparece solo en su forma espiritual, está exento de su cumplimiento y
sus decisiones halájicas no tienen valor.
Ciertamente, hay algunas halajás pronunciadas
por Eliyahu, por ejemplo que el cementerio de los no-judíos no impurifica, (en Baba
Metzía 114a-b) y que fue adoptado por Maimónides (hiljot Tum’á 1:13) ya que al
pronunciarla se mostraba en persona física (ver Jatam Sofer parte 6,
capítulo 98, y Torat Moshé sobre la Torá tercera edición sobre Génesis
2:7).
Eliyahu el Profeta,
Eliyahu el Tishbí, Eliyahu el Guil’adí
También
por sus nombres podemos encontrar apoyo a la teoría que en el futuro resolverá
los enigmas y las dudas que van surgiendo con el paso de los años. Conocemos
tres apodos de Eliyahu, para tres funciones diferentes:
Eliyahu
el Profeta,
como mensajero de la Salvación, según dice Mal’ají (Malaquías 3:23) “He aquí
que os envío al Profeta Eliyá antes de que llegue el grande y terrible Día del
Señor”.
Eliyahu
el Tishbí es el
que ayuda al Pueblo a hacer su Retorno y su arrepentimiento, como dice (id
3:24) “y volverá el corazón de los padres hacia sus hijos y el de los hijos
hacia sus padres”.
Y por último, Eliyahu el Guil’adí (de
la tierra de Guil’ad = Galaad), ya que sobre él dicen que era “habitante de
Guil’ad, con silla en la Sala de Gazit (donde se sentaba el Sanedrín), ya que
Guil’ad es un apodo del Templo (Yalkut Shim’oní, I de Reyes, nº 208), o
sea que no se trata del lugar en que había nacido sino que era miembro del
Sanedrín, el lugar en que daban respuesta a todas las preguntas y solucionaban
todos los enigmas de la Torá (Explicaciones del rav M.M. Shapiro, presidente de
la Yeshivá Reshit Jojmá, en el Resumen “Bet Aharón e Israel”, 102).
Polémica de la
Imposición de Manos y Eliyahu
Resulta
interesante lo que se dijo en la polémica de la Imposición de Manos. Se trata
del grave problema que se despierta al tratar de la Restauración del Sanedrín,
ya que la Halajá dice que los Sabios deben ser nombrados por Imposición de
Manos, efectuada en la Tierra de Israel, por un Sabio que ya ha sido nombrado
anteriormente, ininterrumpidamente desde Moshé Rabenu. La Tradición de la
Imposición de Manos se interrumpió hace unos mil setecientos años, cuando la
población judía en la Tierra de Israel fue desterrada casi por completo. Por lo
tanto, nos preguntamos cómo podremos restaurar la Institución del Sanedrín
antes de la Llegada del Mashíaj (Mesías).
El
Profete Eliyahu, dice el Rabino Yehonatán Eibischitz (en el libro Tummim,
Jóshen Mishpat 1:2), que no ha muerto y que fue ordenado por sus antecesores,
podrá imponer sus manos sobre otros Sabios y así restaurar el Sanedrín (ver
Jidushéi Marán R.Y.Z. Haleví, sobre la Torá “Pinjás” y en “Bircat Cohen sobre
la Torá, id.
(extracto y adaptado de Meorot Hadaf Hayomi 654)