lunes, 26 de agosto de 2013

Preparación para estudios esotéricos


Capítulo 5 de Moré Nvujim

Los verbos ‘mirar’

Maimónides dedica muchos apartados de su libro Moré Nvujim (la Guía de los Perplejos, o mejor dicho: el Maestro de los Confusos) a explicar asuntos muy profundos de la Torá.

En el capítulo 4 explica el verdadero significado de tres verbos hebreos: ראה ra’á,הביט  hibbit, חזה jazá, normalmente traducidos como ‘ver’ o ‘mirar’, diciendo que muchas veces deben entenderse en su significado figurado: ‘entender’ los asuntos de los cuales se habla.

Y para revelar la expresión que Moshé “temía mirar (del verbo hibbit) al Eterno”, explica lo relacionado con el estudio de la Divinidad, llamémosla teosofía, teología, o como queramos. Pero limita este estudio al grado de comprensión del estudiante, como podemos ver ya en el capítulo 5 de su primera parte, donde dice lo siguiente:


Matar sus Pasiones

No debe el hombre lanzarse de buenas a primeras a entender un asunto tan vasto o importante como es el de ‘contemplar el comportamiento divino’ sin haberse previamente adaptado al estudio de las diversas ramas de la ciencia y del conocimiento, acrisolar perfectamente su carácter moral y matar sus pasiones y deseos imaginarios.

Cuando haya adquirido cierto conocimiento de las verdaderas proposiciones fundamentales, acertado a comprender los diversos métodos deductivos y de prueba, y aprendido a preservarse de sofismas y falacias, entonces podrá emprender la investigación de este asunto. No será bien que resuelva cuestión alguna a la primera opinión que le acuda al pensamiento, ni que de pronto violente su inteligencia para alcanzar conocimiento del Creador; sino que deberá tener modestia y paciencia, y adelantar paso a paso.


Temor de mirar

Sobre este tema fue dicho: "y Moshé ocultó su rostro, porque temía mirar a D’" (Shmot 3:6), y al parar mientes en el sentido literal de este pasaje, de que Moshé temía contemplar la luz que se le aparecía a los ojos, no debemos en manera alguna afirmar que pueda percibirse con la mirada aquél Ser que se levanta muy por encima de toda imperfección.


Y Moshé fue alabado por ello, y el Eterno le otorgó de su Bondad hasta que se pudo decir de él que “vio la imagen del Eterno” (Bmidbar 12:8) y nuestros Sabios afirman (Talmud Bavlí Brajot 7a) que es el premio que recibió por haber temido al principio mirar al Eterno. Mientras que "los excelentes de los hijos de Israel" eran impetuosos, y dejaron que sus pensamientos se descarriaran sin freno, y lo que percibieron era imperfecto; por eso se dice de ellos: "Y ellos vieron al D’ de Israel, y había debajo de sus pies como un embaldosado de zafiro y como la sustancia del cielo de pureza. Y a los excelentes de los Hijos de Israel no tendió su mano, y vieron al D’ de Israel y comieron y bebieron" (Shmot 24:10). Se propone todo el pasaje criticar su visión, no describirla. Se les censura porque su percepción era corporal, obligado fruto de la precipitación de quienes se aventuraron sin estar preparados, mereciéndose el exterminio. Moshé intercedió por ellos y los salvó, hasta que perecieron en Tav’erá (Bmidbar 11:1-3) y Nadav y Avihú en la inauguración del Tabernáculo (Vayicrá 11:1-2), según nos explica la verdadera tradición.


Que se santifiquen

Pues si esto les acaecía a ellos, ¿cuánto más a nosotros, que somos inferiores, y a los que están por debajo de nosotros? Los cuales deben perseverar, perfeccionando el conocimiento que tengan de los elementos, y tratando de comprender rectamente los preliminares que purifiquen el pensamiento de toda mácula de error; luego, podrán entrar al campamento santo y divino, y contemplarlo, según la Biblia dice: "Y que también los sacerdotes que se acercan al Señor, que se santifiquen" (Shmot 19:22). Y también Shlomó recomienda: "guarda tu pie cuando vayas a la casa de D’" (Cohélet 4:17).

Y ahora quiero volver al principio, para completar lo que comencé. Y diré que los excelentes de los Hijos de Israel, aparte de lo que les ocurrió por su falta de entendimiento, también sus obras estuvieron desenfocadas y se giraron hacia lo corporal, ya que su entendimiento no era completo. 
Por esto dice que “vieron al D’ de Israel y comieron y bebieron” (Shmot 24:11). Y en cuanto a la expresión de “debajo de sus pies como un embaldosado de zafiro y como la sustancia del cielo de pureza”, la explicaremos en algunos capítulos a continuación (1ª Parte, cap. 28 y 2ª Parte, cap. 26).


Los negligentes

Únicamente nos proponemos decir que, cuando quiera que en alguna parte se haga mención de alguno de los tres verbos antes citados, se entiende referirse a la percepción intelectiva, y no a la sensación de la vista; porque D' no es un ser que pueda ser percibido por los ojos corporales. Y si la persona neglige y pretende no llegar a este nivel deseado e interpreta los pasajes como si fuera la visión de unas luces perceptibles, tanto si son angélicas como de cualquier otro tipo, no hay en ello daño.


En este capítulo hemos visto que Maimónides nos insta a que nos preparemos mucho para alcanzar un grado de inteligencia que nos permita comprender adecuadamente los pasajes bíblicos más complicados, acabando con una ‘rebaja’ para aquellos que no quieren o pueden llegar al grado intelectual adecuado, que por lo menos comprendan que se trata de asuntos muy por encima del grado material que normalmente encontramos.

viernes, 23 de agosto de 2013

Libaciones


Ofrendas y libaciones

La Torá dice en el capítulo 15 del Libro de Bmidbar (Números 15:1-16) que cada vez que se hacían sacrificios de animales en el Templo, debían ser acompañados por una masa de harina de trigo mezclada con aceite de oliva, y por una cantidad determinada de vino, que cambiaban según los animales ofrecidos, como puede verse en los versículos citados.

En cuanto al vino, debía ser de lo mejor que se pudiera encontrar, y por lo tanto debían seguirse unos criterios que determinaban si era apto o no.


Vino Cocinado

Rambam, en su obra enciclopédica Yad haJazacá, cita las conclusiones talmúdicas para que el vino de libación sea apto:

Y estos vinos inaptos para el Altar son el dulce, el ahumado, el cocinado por fuego o por el sol hasta que cambió su gusto a causa de la cocción…” (Rambam, Yad haJazacá, Isuré Mizbéaj 6:9).


Rebaja el Gusto o Cambia su Naturaleza

Hay quien opina que el vino cocinado es inapto para el Altar porque la cocción le rebaja el gusto, y siendo así, no se puede decir la bendición de ‘boré pri haguéfen’ (creador del fruto de la vid). Así opina Rashi y Rabenu Tsémaj Gaón, citados por Najmánides en Baba Batra 97b.

Pero otros opinan que, al contrario, el vino cocinado es mejor, y el motivo de que sea inapto para la libación es porque ha cambiado su naturaleza, al igual que el vino de uvas que han crecido en una parra colgada de una higuera, como cita Rambam a continuación (en el art. 10). Esta prohibición se aprende del versículo que compara la libación al sacrificio, que tal y como el sacrificio no puede haber cambiado de su naturaleza, igual debe ser con el vino (Najmánides id.; Rabenu Asher Baba Batra cap. 6 art. 10).

Según las palabras de Rambam aquí “cocinado por fuego o por el sol hasta que cambió su gusto a causa de la cocción” significa que es inapto por el cambio de gusto, pero el Meiri (Baba Batra, id.) opina que las palabras de Rambam deben dividirse en dos partes: cocinado por fuego, por una parte, y cocinado por el sol hasta que cambie de gusto, por otra. O sea que el cocinado por el sol está prohibido solo cuando cambia de gusto, pero el cocinado al fuego queda prohibido aunque no haya cambiado su gusto, por el mero hecho de haber cambiado su naturaleza (vez Minjat Shlomó 1:25)


Kidush

En cuanto al Kidush de Shabat y Festivos, dice la halajá que solo puede usarse el vino apto para el Altar, pero en cuanto al vino cocinado, hay muchos autores clásicos que opinan que se puede hacer el Kidush con él, ya que su inaptitud para el Altar no es por mal sabor sino por su mero cambio, que para el Kidush es irrelevante, y así dice el Shulján Aruj. Pero el Rambam también dice que no se puede hacer el Kidush con él, y el motivo hay quien opina que es porque la cocción estropea su gusto (Toséfet shabat cap. 29, art. 14). 

Pero hay quien lo explica diciendo que el motivo es sencillamente porque no es apto para el Altar, por el motivo que sea, como dice el Meiri.


Bendición

Y así hay diferentes opiniones según la teoría de Rambam en cuanto a la bendición del vino cocinado. Rabenu Yerujam (citado por Bet Yosef, Óraj Jayim 202) dice que su bendición sería ‘shehacol’, pero el Maguid Mishné opina que aunque no se pueda hacer el Kidush con él, su bendición es ‘pri haguéfen’. De nuevo, depende del enfoque de la inaptitud para el Altar, si es porque el gusto empeora, también la bendición especial del vino desaparece (y se queda en shehacol), pero si es por haber cambiado de aspecto, es una halajá especial de las libaciones que no afecta a la bendición que le corresponde (y queda en pri haguéfen)

Como ya hemos visto, la mayoría de los autores opinan que el vino cocinado (o pasteurizado, que es lo mismo) queda con su bendición de ‘pri haguéfen’ y es apto para el Kidush, y así acostumbra la mayoría de la gente.


Libación del Gentil

Pero, relacionado con el tema de su aptitud para el Altar queda el tema de ser tocado por un no-judío. El problema es que antiguamente los gentiles hacían libaciones a sus ídolos, como siguen haciendo los cristianos, y por lo tanto cuando tocan un vino, sospechamos que hayan hecho libación, y este vino está prohibido beberlo.

Pero si el vino está cocinado o pasteurizado, ya no sirve para libación y por lo tanto aunque lo toque un no-judío puede ser consumido por los judíos.


(Adaptado de Dvar Maljut 381)

Utensilios Nuevos


Purificados y Adaptados

En el capítulo 31 del Libro de Bmidbar (Números) la Torá indica (versículo 23) que los utensilios adquiridos después de la victoria sobre los midyanitas debían ser purificados por medio de fuego o agua hirviendo, por si han sido usados con comidas prohibidas e impuras y también ‘adaptados’ por medio de una ‘tevilá’, para poder ser usados por los judíos.

Y sobre ello dictamina Rambam:

Esta ‘tevilá’ que se hace a los utensilios de comida nuevos, adquiridos de los extranjeros y que después serán permitidos para comida y bebida, no está relacionada con la pureza e impureza, sino que es un mandamiento rabínico”. (Rambam, Yad haJazacá, Maajalot Asurot 17:5).


La Tevilá

La pureza no tiene nada que ver con los alimentos casher, aptos para consumo. Es un estado de cuidado para aquellos alimentos relacionados con los Sacrificios del Templo, que debían consumirse en unas condiciones muy especiales que en su gran mayoría no rigen actualmente. 

Por ejemplo cuando los tocaba una persona que había estado en contacto con un muerto, o al tocar el cadáver de un animal, como dicta el capítulo 11 del Levítico. 

Cuando los utensilios se impurificaban, debían sumergirse en un ‘mikvé’ (una piscina ritual) en un acto llamado ‘tevilá’ (sumersión) después de concluir los requisitos particulares, tal y como indica la Torá, en el mismo capítulo.

Según Rambam, la obligación de la ‘tevilá’ de los utensilios nuevos no es por ser impuros sino que proviene de un precepto rabínico. Pero según la mayoría de los ‘Poskim’ (legisladores rabínicos) la obligación de esta tevilá proviene de la misma Torá. Y según el Shulján Aruj Harav (no el de Rabí Yosef Caro, sino el de Harav Shneur Zalman de Liadi) “tienen razón los que dicen que es una obligación de la Torá” (Shulján Aruj Harav, Óraj Jayim 323:8).

Por cierto, que esta obligación recae únicamente sobre los utensilios de metal o de cristal o recubiertos de metal o cristal, y al hacer la ‘tevilá’ se recita la bendición correspondiente “al tevilat cli (o kelim)”. 

Utensilios de porcelana, hay quien dice que necesitan ‘tevilá’ y hay quien dice que no, por lo tanto se hace, pero sin la bendición. 



Utensilios de madera o de hueso, plástico, etc., no necesitan ‘tevilá’.


¿Nos fiamos de un niño?

La diferencia entre las dos opiniones será por ejemplo si un menor puede dar testimonio de que ya les han hecho ‘tevilá’ o si se le puede enviar con utensilios para que lo haga. 

Si opinamos que es un decreto rabínico, podemos fiarnos de él (véase la opinión de Maguén Avraham, Óraj Jayim 437:8). 

La segunda opinión dice que en realidad “no podemos fiarnos de un menor” (Yoré De’á 120:14) “ya que esta ‘tevilá’ es de Torá” (Turé Zahav, id., nota 16).


Prohibido ‘Arreglar Utensilios’ en Shabat

Podríamos dar otra diferencia, si se puede hacer esta ‘tevilá’ en shabat. Si es obligación de Torá, se considera un ‘arreglo del utensilio’ que estará prohibido hacerlo en shabat. Y si es un decreto rabínico, podría hacerse en shabat, y no se consideraría ‘arreglo del utensilio’ ya que estaría permitido usarlo sin ‘tevilá’ por ser solo un edicto rabínico, según la opinión del Shulján Aruj Harav.

A fin de cuentas, opina el Maguid Mishné (Yom-Tov, cap. 4, art. 18), que también según la opinión de Rambam que esta tevilá de un utensilio nuevo es rabínica, no se puede hacer en shabat. 

El motivo es que solo en caso de estar impuro el utensilio no se considera ‘arreglo de utensilio’ puesto que lo puede usar para comidas impuras (comidas que son casher, pero que han estado en contacto con una impureza ritual) o para personas que no comen en estado de pureza ritual. 

Pero cuando es un utensilio nuevo no puede usarse sin hacer la tevilá y por lo tanto en este caso sí que se consideraría ‘arreglo de utensilio’.

 (traducido y adaptado de 'Dvar Maljut' 381, pág 70)

jueves, 22 de agosto de 2013

la Derecha que es Izquierda


Pueden Equivocarse

En el Libro de Dvarim (Deuteronomio 17:8-13) la Torá da instrucciones sobre la obediencia debida al Gran Tribunal, diciendo entre otras cosas que “no te apartarás de lo que te digan ni a la derecha ni a la izquierda”.

Otro pasaje de la Torá, en el Libro de Vayicrá (Levítico 4:13-21), habla del sacrificio que debe traer la “Comunidad”, o sea, el Tribunal de la Comunidad, en caso de cometer un error en sus enseñanzas. Esto implica que el Tribunal puede equivocarse y causar que toda la Comunidad cometa errores, ya que obedecerán sus instrucciones.

Todo un Tratado talmúdico, el de Horayot, discute las posibilidades que se despiertan de estas equivocaciones. Maimónides, en su enciclopedia halájica de Yad haJazacá, recoge las conclusiones de las discusiones talmúdicas sobre el tema. Y aquí tenemos una pequeña muestra.


El Individuo que Sabe

«Si el Tribunal instruye diciendo que el sebo del estómago de los animales domésticos casher está permitido para el consumo, y un individuo de la Comunidad que en realidad está prohibido, pero lo comió por fiarse del Tribunal, por creer que es una mitzvá fiarse del Tribunal a pesar de que se equivocan, este individuo que ha comido el sebo debe traer un sacrificio fijo de Jatat (ofrenda por pecado) por su comida. » (Rambam, Yad haJazacá, Shgagot 13:5)

En esta halajá se explica que no debemos aceptar los veredictos del Tribunal cuando tenemos claro que están equivocados, y quien lo haga deberá traer una ofrenda de pecado. Parece como si contradijera lo que dice el Sifré (midrash de Dvarim 17:11) cuando dice que «“no te apartarás de lo que te digan ni a la derecha ni a la izquierda” – incluso cuando te parece que la izquierda es la derecha o la derecha es la izquierda, escúchalos».


Expón tus Razones

Y dice Najmánides (en sus Correcciones a la Primera Raíz del Libro de Mitzvot de Rambam), que cuando un sabio cree que el Tribunal está equivocado, tiene la obligación de comparecer ante él y exponer su punto de vista, y si a pesar de ello no aceptan su opinión, debe obedecer su decreto aunque crea que están equivocados. Pero si no comparece ante ellos y actúa según unas indicaciones que él cree que están equivocadas, comete un pecado por el que deberá traer un sacrificio al Templo. Lo explica diciendo que un decreto que surge por falta de conocimiento no tiene valor, y mientras no hayan oído su opinión les falta este conocimiento y tal vez le hubieran aceptado y hubieran cambiado de opinión. Y por lo tanto está prohibido actuar según este decreto falto de conocimiento. Pero si expuso su punto de vista y no lo aceptaron, ya no hay falta de conocimiento y si se equivocan ya es una equivocación en su discreción, y este tipo de decreto nos obliga por muy errado que esté. (Kuntras Divré Sofrim 4:9)


¿Obligan o Permiten?

Y hay quien opina que el Sifré habla de cuando el Tribunal decreta la obligación de hacer algo, que aunque alguien crea que están equivocados, debe cumplir la orden, aun cuando digan a la derecha que es la izquierda. Pero Rambam habla del caso en que no obligan a nadie a hacer lo que ellos decretan, sino que ‘lo permiten’, y si no lo hace no se considera ‘rebeldía’, ya que él opina que están equivocados. Por lo tanto si lo come, debe traer el sacrificio. (Jéfets Hashem, Horayot 2:2)


el Nivel del Individuo


Otra explicación dice que “aunque te digan que la derecha es la izquierda y la izquierda es la derecha” trata del caso en que el individuo aún no ha llegado al nivel de ‘Maestro’, y por lo tanto debe anular su punto de vista ante el del Tribunal, y si resulta que, efectivamente, se habían equivocado, el individuo no deberá traer ninguna expiación. Pero un ‘Maestro’ o un alumno que llegó ya al nivel de maestro, no puede obedecer instrucciones que a su parecer son erróneas. (id. id.)