viernes, 23 de agosto de 2013

Libaciones


Ofrendas y libaciones

La Torá dice en el capítulo 15 del Libro de Bmidbar (Números 15:1-16) que cada vez que se hacían sacrificios de animales en el Templo, debían ser acompañados por una masa de harina de trigo mezclada con aceite de oliva, y por una cantidad determinada de vino, que cambiaban según los animales ofrecidos, como puede verse en los versículos citados.

En cuanto al vino, debía ser de lo mejor que se pudiera encontrar, y por lo tanto debían seguirse unos criterios que determinaban si era apto o no.


Vino Cocinado

Rambam, en su obra enciclopédica Yad haJazacá, cita las conclusiones talmúdicas para que el vino de libación sea apto:

Y estos vinos inaptos para el Altar son el dulce, el ahumado, el cocinado por fuego o por el sol hasta que cambió su gusto a causa de la cocción…” (Rambam, Yad haJazacá, Isuré Mizbéaj 6:9).


Rebaja el Gusto o Cambia su Naturaleza

Hay quien opina que el vino cocinado es inapto para el Altar porque la cocción le rebaja el gusto, y siendo así, no se puede decir la bendición de ‘boré pri haguéfen’ (creador del fruto de la vid). Así opina Rashi y Rabenu Tsémaj Gaón, citados por Najmánides en Baba Batra 97b.

Pero otros opinan que, al contrario, el vino cocinado es mejor, y el motivo de que sea inapto para la libación es porque ha cambiado su naturaleza, al igual que el vino de uvas que han crecido en una parra colgada de una higuera, como cita Rambam a continuación (en el art. 10). Esta prohibición se aprende del versículo que compara la libación al sacrificio, que tal y como el sacrificio no puede haber cambiado de su naturaleza, igual debe ser con el vino (Najmánides id.; Rabenu Asher Baba Batra cap. 6 art. 10).

Según las palabras de Rambam aquí “cocinado por fuego o por el sol hasta que cambió su gusto a causa de la cocción” significa que es inapto por el cambio de gusto, pero el Meiri (Baba Batra, id.) opina que las palabras de Rambam deben dividirse en dos partes: cocinado por fuego, por una parte, y cocinado por el sol hasta que cambie de gusto, por otra. O sea que el cocinado por el sol está prohibido solo cuando cambia de gusto, pero el cocinado al fuego queda prohibido aunque no haya cambiado su gusto, por el mero hecho de haber cambiado su naturaleza (vez Minjat Shlomó 1:25)


Kidush

En cuanto al Kidush de Shabat y Festivos, dice la halajá que solo puede usarse el vino apto para el Altar, pero en cuanto al vino cocinado, hay muchos autores clásicos que opinan que se puede hacer el Kidush con él, ya que su inaptitud para el Altar no es por mal sabor sino por su mero cambio, que para el Kidush es irrelevante, y así dice el Shulján Aruj. Pero el Rambam también dice que no se puede hacer el Kidush con él, y el motivo hay quien opina que es porque la cocción estropea su gusto (Toséfet shabat cap. 29, art. 14). 

Pero hay quien lo explica diciendo que el motivo es sencillamente porque no es apto para el Altar, por el motivo que sea, como dice el Meiri.


Bendición

Y así hay diferentes opiniones según la teoría de Rambam en cuanto a la bendición del vino cocinado. Rabenu Yerujam (citado por Bet Yosef, Óraj Jayim 202) dice que su bendición sería ‘shehacol’, pero el Maguid Mishné opina que aunque no se pueda hacer el Kidush con él, su bendición es ‘pri haguéfen’. De nuevo, depende del enfoque de la inaptitud para el Altar, si es porque el gusto empeora, también la bendición especial del vino desaparece (y se queda en shehacol), pero si es por haber cambiado de aspecto, es una halajá especial de las libaciones que no afecta a la bendición que le corresponde (y queda en pri haguéfen)

Como ya hemos visto, la mayoría de los autores opinan que el vino cocinado (o pasteurizado, que es lo mismo) queda con su bendición de ‘pri haguéfen’ y es apto para el Kidush, y así acostumbra la mayoría de la gente.


Libación del Gentil

Pero, relacionado con el tema de su aptitud para el Altar queda el tema de ser tocado por un no-judío. El problema es que antiguamente los gentiles hacían libaciones a sus ídolos, como siguen haciendo los cristianos, y por lo tanto cuando tocan un vino, sospechamos que hayan hecho libación, y este vino está prohibido beberlo.

Pero si el vino está cocinado o pasteurizado, ya no sirve para libación y por lo tanto aunque lo toque un no-judío puede ser consumido por los judíos.


(Adaptado de Dvar Maljut 381)

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