el Día Grande y Terrible
tres Juicios
Varias
veces se habla en las Sagradas Escrituras sobre el Gran Día del Juicio que se
celebrará en el Final de los Días. Sobre este día dice el Profeta Mal’ají
(Malaquías 3:23): “He aquí que os envío al Profeta Eliyá antes de la llegada
del Grande y Terrible Día del Señor”.
Najmánides
(en Shá’ar HaGmul) dice que hay tres momentos diferentes para el Juicio:
El
primero es en Este Mundo, y que se celebra cada año, en el día de Rosh Hashaná
y en el cual se juzga el comportamiento de cada uno durante su vida.
El
segundo será después de la muerte, cuando se juzga en el Cielo el alma después
de separarse del cuerpo.
Y el
tercero es el futuro Gran Día del Juicio.
Saca el sol de su
funda

Y así
dice también la Mejiltá (Beshalaj cap. 4): “Si obtenéis el mérito de
observar el Shabat, os salvaréis en las tres catástrofes: en la Guerra de Gog,
en las penurias del Tiempo Mesiánico y en el Gran Día del Juicio.
Antes de la
resurrección

Y
¿quién será juzgado? Según Najmánides todos serán juzgados. Cada persona será
juzgada de nuevo según su comportamiento. Pero siendo que estos erá después de
la Venida del Mashíaj, que corregirá a todo el Mundo, y después de la llegada
de Eliyahu, que vendrá antes del ‘Grande y Terrible Día’ y que “volverá el
corazón de los padres hacia sus hijos”, resulta que ya todos se habrán
arrepentido, y se cumplirá la profecía de que “nadie será apartado” y todos los
Hijos de Israel tendrán constancia de ser justos y dignos de la Resurrección, tal
como dice Midrash Shemuel (al comienzo del Tratado de Avot) que ‘por
fuerza todos serán justos, ya que el Creador hace cuentas para que nadie quede
apartado’.
Por lo
tanto, parece que siempre que se habla de ‘tzadiquim’, ‘justos’, refiriéndose a
este Juicio (que los Justos se curan, etc.) se refiere a cada uno de los Hijos
de Israel, que ya tendrán el grado de Justos.
Mientras que los ‘malvados’
podrán ser solo miembros de otros pueblos que recibirán entonces su castigo.
Juicio de las Naciones
El
‘Arí-zal’ opina que todo este juicio no es en absoluto para el Pueblo de
Israel, ya que cualquier judío que hubiera pecado ya estará purificado,
“después de haber pasado sobre su alma el Yom Kipur, las penurias purificadoras
y otros destierros, ¿por qué debe ser juzgada de nuevo?”. La conclusión del
‘Arí-zal’ es que el Gran Día del Juicio es solo para las otras Naciones del
Mundo (sus palabras son citadas en Nishmat Jayim, primer discurso, cap.
17).
O sea,
que el Juicio Final es para las Naciones, y así dice el Talmud en el Tratado de
Avodá Zará 2b, ‘…dice rabí Samlay: en el futuro traerá el Creador un Séfer Torá
y lo depositará en Su Brazo y dirá: todos los que se han preocupado de este
Libro, que vengan a recibir su premio; y entonces vendrán las Naciones en
desbarajuste y el Creador mandará que lleguen ordenadamente, cada Nación por
separado, cada una con sus sabios y líderes, Roma, Persia, etc. y así serán
juzgados…’
(adaptado del “Lomdim Gueula del rabino Menajem
Brod, Sijat Hashavúa 1304)
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